05 diciembre, 2006

El nostálgico futuro

A veces veo el futuro, sí, lo veo.
Veo un futuro devastado donde las mujeres y los hombres despierten luego de una pesadilla ruidosa y ruinosa, para volver a mirarse a los ojos e invitarse a escapar.

¿A escapar adónde, en medio de una Tierra en ruinas?

Imagino un futuro con un sentimiento en el pecho como aquellos días en que, de niños o de adolescentes, llorábamos hasta apagar el sol con las lágrimas; con un respirar hondo, un nuevo aire que nos revienta el cuerpo... es el nuevo oxígeno, purificado, que quiere salir.

Era hermosa esa sensación, aquel despertar del llanto y el dolor.

Imagino el beso más dulce, el más cargado de fuerzas. El beso multisignificados. El beso del fin y del principio. Fantaseo con el Beso Total.

Quiero que se mueran todas las vanguardias elitistas y masturbatorias que se miran entre sí para halagarse cínica e hipócritamente, sentándose a comer sobre el hambre, la desolación, la enfermedad y la opresión, indignándose por un graffitti callejero o por la altura de un edificio.

La caricia de una madre en el velorio, el abrazo de un padre ante el fracaso, el beso de ella o él una mañana sin mañana, la carcajada del hermano o la hermana frente a las coincidencias de la sangre, el susurro del amigo o la amiga para sacarnos del infierno con apenas una palabra. Nuestro dedo rodeado de deditos minúsculos, saludándonos por primera vez en su vida.

Suena tan simple.
Ah, si fuera tan simple.

6 comentarios:

Victoria dijo...

Bellisimo. Me encanto lo de los deditos y el Beso Total. Mucha intensidad Mendele. Como me gusta. Adoraciones.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Que suerte tiene usted, querido, de, al menos, poder imaginar algún futuro.
¿Qué es peor?

Méndele dijo...

Peor es no imaginarse ninguno, Espina, imagínese que uno, si se imagina un futuro devastado, al menos tiene la esperanza de estar equivocado.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Sabe que tiene razón.
Por eso me voy.
Escriba, lo precisaré en este viaje.

Saludos Tuertos

Anónimo dijo...

Una vez el Sr. Mendele me dijo "yo tengo una esperanza" clavandome una mirada casi fanatica, esa mirada que ya es un clásico de cuando está por anunciar algo trascendente o tal vez alguna revelación (que no lo es pero lo parece por el modo en que lo dice). Por cierto, hablabamos de la educación.
Yo a usté lo voto Mendele. Solo por su fe ¡que encima no es religiosa!.
A proposito ¿el catolicismo acaso se convirtio en una moda celestecid-ultrasensible-freak entre muchachas de 25/30 años? He notado una epidemia de chicas que dicen haber padecido delirios religiosos. Hasta se venden muchas remeras con virgenes y santos pop. Estan buenas,eh. Pero basta vieja.

Méndele dijo...

Me parece que sí, que está de onda.
A veces pienso que el problema del cristianismo (o de cualquier dogma religioso) no es que sea falaz, sino que se pone de moda.
Como extensión de esto, concluyo que el problema no es el cristianismo, el problema es la sociedad de consumo, que vende cualquier cosa, y la gente compra cualquier cosa.
¿No tenés Lucky? Dáme Marlboro.
(¿Sabían que el vaquero de Marlboro se murió de cáncer de pulmón?)