31 marzo, 2007

Fe de erratas al post anterior

*En el apartado II, donde dice "...era Secretario de Bienestar Social..." debe decir "...era Secretario de Trabajo y Previsión..."

*En el apartado III, donde dice "...se promulgó el decreto de aniquilamiento de la sobversión, o sea, las guerrillas urbanas..." debe decir "...se promulgó el decreto de aniquilamiento de la subversión, o sea, todo tipo de oposición de izquierda, entre ellas, las guerrillas urbanas..."

*En el epílogo, donde dice "la única vez en que una iniciativa gubernamental argentina buscaba crear consciencia de clase en el pueblo trabajador.", debe decir "la única vez en que una iniciativa gubernamental argentina incluyó en la formación de los obreros el estudio de las leyes laborales." De hecho, no se puede decir que se haya buscado crear consciencia de clase siendo que la consciencia de clase aparece cuando la clase se independiza del sistema, por así decirlo, oponiéndose a las otras clases.

Si ud., estimado lector, encuentra más errores de este tipo (inexactitudes históricas, esas cositas), o dude en comentar así siento un poco de vergüenza.

12 marzo, 2007

De peronismus - pedacitos de conversación y esperanza

Antes que nada, debería dejar sentadas dos cosas: la primera, el siguiente post es más bien largo, así que pido paciencia; y la segunda es una prerrogativa: mi idea del peronismo cambia, digamos, de año a año. Es que no es fácil, es que es un miasma que se modifica, que la historia va modificando permanentemente. Es un presente que todos los días nos tiene una sorpresa. Eso es el peronismo.

I - El "primer peronismo"

María la del Barrio me hablaba de los cultores de aquel "primer peronismo", el de los cuarenta, el de los obreros en las calles, el de los cabecitas negras hablando de política y comiendo y siendo homenajeados por primera vez en la historia argentina. Los cultores de esas épocas son gente que cree en una revolución social, en un cambio colectivo, que tiene esperanza y encara todas las horas de todos días de su vida con amor y solidaridad. Los cultores de esas épocas, gente maravillosa y que vale oro, le dan el mérito de esos días, de esa esperanza, a Juan Domingo Perón en primer lugar, a Evita tal vez, a Kirchner por este presente de "izquierda". ¿Y el Perón de los 70's? No, no, me decía ella, el primer peronismo. La pregunta surgió:
El Perón de los 70's, el de López Rega e Isabelita, el fundador de la Triple A, el que echó a los Montoneros de la plaza (o ellos se vieron obligados a irse), el que amenazaba públicamente con sangre para "terminar con los marxistas infiltrados", ese Perón, ¿no era la misma persona de los 40?
Tenía a López Rega al lado, sí. Ahora, según mi óptica, Perón siempre fue una persona con el suficiente carácter para decidir a quién tener al lado y a quién no. Y en los 40's, cuando decidió aplastar al Partido Laborista que lo inventó como líder social, lo hizo sin dudar. Entonces, ¿qué tan genuino, qué tanta perspectiva de cambio revolucionario tenía ese Perón, si treinta años después decidió matarlos a todos, si subrepticiamente siempre se manejó más o menos igual? ¿Cómo puedo yo creerle a un líder que sembró esperanzas y después decidió quemar lo que cosechó con patoteros y encapuchados que se metían de noche en las casas de adolescentes y mandaban amenazas de muerte, que asesinaron a Silvio Frondizi, al Padre Mujica, a Ortega Peña y tantos otros? (Sobre Perón como creador de la Triple A, se puede leer http://www.lanacion.com.ar/Archivo/nota.asp?nota_id=884744)
Y seguimos concluyendo:
La esperanza en el cambio social es la esperanza en el cambio social. Y a mí me importan tres carajos las figuritas que ponen la cara, la esperanza está adentro mío y no la deposito en ningún cínico hijo de puta.

I.a - Evita

¿Y Evita? Evita era el departamento de márketing de Perón. Evita era la imagen y el discurso público antiimperialista ("...el capitalismo foráneo..."), eran los créditos a los pobres, las bicicletas, el amor por el pueblo, los hospitales. Pero como sucede en estos casos, el que autorizaba y dejaba de autorizar, el que ponía la firma y daba libre disponibilidad de fondos, era Perón.
Evita se murió en 1952, justo cuando empezaba a declinar la primavera peronista. Evita no estuvo con Perón en su exilio, no estuvo cuando llegó López Rega. Evita no estuvo en Ezeiza. Evita no estuvo en la plaza. Evita no estuvo en las reuniones en las que se empezó a pensar la Triple A, un grupo clandestino que actuaba para reprimir la "amenaza marxista". Evita no conoció la Revolución Cubana ni vio morir al Che.
¿Qué habría pensado ella del Perón del '73?
No hay respuesta, llevaba veintiún años muerta, su cadáver vagaba en la clandestinidad de una muerte nómade y anónima. Humillante. ¿Qué misterio enorme hay en esa pareja? Primera conclusión: Evita se le murió a Perón en el momento justo. Segunda conclusión: O en esa pareja había grandes conflictos o Perón fue un perverso hijo de puta con ella; pero esos son asuntos de alcoba.

II - La burocracia sindical

Ya nombramos a los cultores del "primer peronismo" (las comillas con mías). Ellos, depositantes de una fe en figuras políticas de turno, me han dicho, en otras conversaciones que son el pueblo, que el pueblo sostiene al peronismo. Yo lo niego rotundamente. Ellos, los esperanzados, los caminantes, los laburantes, no sostienen esa estructura. Al peronismo lo sostienen patotas que se cagaron a tiros en Ezeiza, que se cagan a tiros entre sí en San Vicente, que secuestran a Luis Gerez (situación que Kirchner aprovechó para culpar a los responsables del terrorismo de Estado, hasta que se dio cuenta de cómo venía la mano y todo terminó entre brumas. ¿O siempre supo cómo venía la mano?), que salen a saquear los 20 de diciembre de 2001 a la orden de un Duhalde que, cómodo en su residencia, miraba a la clase media en Plaza de Mayo tirar un presidente. Burocracias sindicales que transaron con los militares y las grandes empresas, que le hacen paro al gobierno que las empresas les mandan, que se mandan negociados terribles "en defensa de todos los trabajadores". Burocracias sindicales que llegan a los barrios representados por punteros políticos panzones y armados que meten miedo vendiéndole falopa a nenes y nenas y linchando a militantes de partidos de izquierda que intentan rasgarles una puntita de la torta.
Burocracias sindicales que responden a los nefastos y eternos caudillos del Gran Buenos Aires: tipos como Quindimil, Ishii, Alak, Villaverde. Ellos, todos ellos sostienen la estructura del partido más grande del país. Ellos tiran presidentes cuando les dan la orden. Ellos cagan a los trabajadores que dicen representar. Uno de ellos es Hugo Moyano. Pregúntele a Hugo Moyano, así como lo ve, dónde estaba en el '73, pregúntele qué era la Concentración Nacionalista Universitaria. Pregúntele si le obedecía al General cuando éste hablaba de aniquilar la infiltración marxista. ¿Dónde estaban todos estos gordos en los '70? Montoneros no eran: estarían muertos. Estaban haciendo lo único que saben hacer. Patotear a sueldo. Y pregúntese usted, estimado lector, qué vínculo hay entre los barrabravas de los clubes de fútbol y los partidos políticos. Pregúntese también por qué los clubes protestaron cuando le exigieron a Lanús pagarle a un remisero una indemnización por los incidentes que hubo en su cancha. ¿Acaso tienen responsabilidad? Pregúntese por qué Julio Humberto Grondona está en el mismo puesto desde 1979. Me fui un poco de la línea argumentativa.
Perón estableció lazos para construir una burocracia sindical adicta incluso antes de su primera presidencia, cuando era Secretario de Bienestar Social del gobierno militar de Edelmiro J. Farrell, no es un invento del "segundo peronismo", ni siquiera del primero. Es una construcción previa.
Lamentablemente, no es el pueblo genuino y luchador el que sostiene al peronismo. Ojalá fuera así.

III - Historia y crítica

Cuando se retomaron las audiencias por los juicios de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura, Duhalde dijo: "Esto termina en Perón". Duhalde no es boludo.
Si lee los diarios, aunque sea un poco, habrá leído por ahí que antes de los militares hubo una presidente que se llamaba Isabel Perón, y que bajo su mandato se promulgó el decreto de aniquilamiento de la subversión, o sea, las guerrillas urbanas (Montoneros y ERP, las más importantes). Raúl Alfonsín había dicho una vez que la idea del aniquilamiento era previa incluso al gobierno de Isabel. Pues bien, ¿quién fue el presidente al que sucedió Isabel Perón? Su marido, Juan Domingo Perón.
Antes de asumir su tercer mandato como presidente, Perón estuvo en reuniones con la alta jerarquía de su partido (aggiornada al lópezrreguismo) y elucubró la que sería la Triple A. Por más que esto se niegue una y otra vez, es cada vez más evidente. Eso se llama investigación histórica.
"No jodan con Perón", decía un cartel que apareció hace unos meses cuando este argumento empezó a cobrar algo de publicidad. No era ni siquiera anónimo: estaba firmado por el sindicato La Fraternidad, que agrupa a los maquinistas de trenes, con los sellos de la CGT y el de las 62 organizaciones gremiales peronistas al lado (link: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-79648-2007-01-28.html) ¿Por qué no se puede joder con Perón? ¿Por qué no se puede juzgar al líder que traicionó a su pueblo proyectando matar argentinos que lo invocaban a él mismo? ¿Por qué no se puede hacer una historia seria acerca de las continuidades entre los últimos gobiernos peronistas y la dictadura? Esto se llama dogmatismo.
Por más que uno siga a un líder, a un pensador, a lo que fuere, durante años, si tiene algo de consciencia histórica y juicio crítico, lo juzgará si amerita. La historia no es intocable, la historia está para ser pensada y repensada las veces que sea necesario o que se nos cante. Y si eso implica condenar al líder, al Primer Trabajador, se lo condenará. Y si implica condenar a San Martín, a Belgrano, a Castelli, a Moreno y a Saavedra, se los condena. Y punto.
De más está subrayar que el firmante del cartel era un sindicato. Dogmático, ejército de choque, carentes de neuronas, negociadores de sueldos por debajo de la mesa.

IV - Putas políticas

Con María la del Barrio concluimos que el peronismo es un movimiento de putas políticas. Esto significa que las figuritas de la estructura partidaria se colgarán de los calzoncillos del presidente de turno, se llame Perón, Menem, Duhalde, Kirchner o Piñón Fijo. Se pelean a ver quién sale más cerca de él en la foto. Quindimil empapeló la ciudad de Buenos Aires con una foto de él con Kirchner. Quindimil es el intendente de Lanús.
Como testigo tenemos a Carlos Saúl Menem, declarante. El ex presidente, en medio de su autismo cada vez más fascista, tiene algo rescatable: cuanto más viejo y más consciente es de que está muerto políticamente, más dice las cosas que realmente piensa. Se cita un reportaje publicado en Clarín el último 2 de marzo:

Periodista:
El kirchnerismo le dice [...] a usted que no es peronista por lo que hizo en la década de los noventa.
Menem:
Pero si ellos fueron colaboradores míos. Uno de los que más insistió con la privatización de YPF fue el actual Presidente y la mujer, que habló con todos los diputados y todos los que iban a intervenir en el proceso de privatización. Pero como un populista es un mentiroso consuetudinario... si hasta dijo que yo era el mejor presidente de todos los tiempos.

Con la declaración del testigo, podemos concluir que el actual presidente, que tanto detesta al riojano y tan mal habla de él, que tanto habla de derechos humanos y que los diarios estadounidenses tildan de izquierdista (lo que corrobora que esa gente vive muy, pero muy lejos de la realidad de América Latina) no es más que otra puta política. Pero el testigo amplía:

(hablando sobre la elección presidencial de 2003 y su renuncia al ballotage)
Menem: [...] no fue sólo una decisión mía. Estaban Juan Carlos Romero (N. del R.: gobernador de Salta con reelección indefinida), Ángel Maza (N. del R.: gobernador de La Rioja, con algunos inconvenientes en estos días), mi hermano Eduardo. Todos me aconsejaron que no vaya.
Periodista: Casi todos son kirchneristas ahora.
Menem: Ya lo sé. No hace falta que me lo diga.
y más adelante...

Periodista: ¿En qué quedamos? ¿Se puede ser peronista y de centroderecha, entonces?
Menem: Por supuesto. Cualquier cosa menos de izquierda.
Periodista: ¿Los peronistas de izquierda no existen?
Menem: Pueden autodenominarse así, pero el PJ no es de izquierda.

(para leer la entrevista completa remítase a http://www.clarin.com/diario/2007/03/02/elpais/p-01301.htm)

Carlos Saúl Menem, que se proclama como un auténtico peronista, nos describe el peronismo. El mismo Carlos Saúl Menem que en 1989 habló de la Revolución Productiva y de la alianza con Cuba. El mismo Carlos Saúl Menem de la pizza con champán y el 1 a 1 de los noventa, el mismo ser siniestro que un día, en un acto proselitista en La Rioja dijo, ante su divertida audiencia, riendo y sudando cinismo del más perverso: "Si yo decía lo que iba a hacer en el 89, no me votaba nadie". Los intendentes del Gran Buenos Aires, Kirchner, el propio Menem, Duhalde (primero su vicepresidente y después su enemigo en la provincia de Buenos Aires), y tenemos una lista interminable, son ni más ni menos que putas políticas que se pegan como moscas al presidente peronista de turno. Primero de izquierda, después de derecha, después de izquierda. Ahora bien, ¿quién fue el primero, el que inauguró esta tendencia camaleónica del peronismo que se mueve como un péndulo? ¿Quién fue el héroe del Estado de Bienestar y del proletariado argentino, que después derivó en paladín clandestino y siniestro del anticomunismo?

Juan Domingo Perón.
La Primera Puta Política.

Epílogo

Aún así, los cultores del "primer peronismo" lo tienen como el Salvador. A veces es necesario aclarar (tal vez sea tema de un post futuro) los logros históricos del pueblo bajo el gobierno de Perón: los derechos de los trabajadores con status constitucional, el voto femenino, un sistema educativo paralelo basado en la enseñanza de oficios para gente de bajos recursos, una Universidad Obrera Nacional (la actual UTN) que, además de enseñar carreras, incluía contenidos sobre leyes laborales dentro de los programas. Tratando de no extenderme mucho más, aclaro que fue la única vez en que una iniciativa gubernamental argentina buscaba crear consciencia de clase en el pueblo trabajador.
La historia crítica consiste en sacarse las manos de los ojos y valorar la realidad y la historia que nos ha tocado y de la que somos protagonistas de la manera más completa posible, haciéndonos cargo de lo que nos corresponde como pueblo, para saborear y apuntalar sus glorias, para condenar y aprender de los errores.
Errores que nos siguen costando sangre y muerte.
Errores que debemos mirar, analizar y no olvidar.
Errores que cometimos, y cometemos, todos.
Errores que vamos a corregir, comenzando por pensar un futuro donde haya sol.

07 marzo, 2007

Cuentapropismo

Lo malo de autoesclavizarse es que el amo siempre nos está viendo. Y es implacable.

04 marzo, 2007

People on streets - Pensamientos de medianoche

La descripción puede ser genérica, cualquier año, cualquier lugar, cualquier motivo.
Hay gente caminando por los asfaltos, puestos de comida al paso, un extraño sentimiento de que el día va subiendo desde el piso de las calles y recorre todo el cuerpo. Y el sol de ese día, porque cada vez que el pueblo sale a las calles, por más que se esté inundando la ciudad, brilla el sol, el sol de ese día se transforma en la sangre de ellos, los caminantes.
No importan demasiado las consignas, no para este post. Los caminantes están de acuerdo, mucho, poco o nada en las consignas, pero tienen algo idéntico en la mirada y en la forma de mover las manos.
Eso que los iguala es la esperanza. Son hermanos en la esperanza.
Tampoco importa demasiado el rumbo, aunque suele ser inequívoco. Hay destinos finales y paradas intermedias. A veces es una exigencia de justicia, a veces mero festejo. A veces, el luto devastador.
¿Por qué al hombre lo asustan las muchedumbres? Porque demuestran fuerza. Fuerza colectiva, caótica y explosiva. Inmediatamente alguien habla de un líder, alguien que guíe, que esté capacitado para encauzar a toda esa multitud informe.
No.
El líder es uno y jamás podrá representar a toda esa multitud de pasiones, tristezas, alegrías que, es inevitable, conllevan contradicción. El líder renunciará y hará renunciar a algunos principios, y muchos caminantes renunciarán también y elegirán acomodarse a lo que dice el líder, que suena coherente, unívoco.
No.
Ellos, los caminantes, antes de sus líderes, saborearon en el paladar su propio concepto de libertad, el que quedó aplastado por los conceptos prefabricados y las consignas de supermercado.
Libertad individual, lucha social, solidaridad. Análisis crítico.
La acefalía es una muestra de libertad tan maravillosa como desordenada.
¿Libertad ordenada? ¿Se puede?
No lo sé.
Quiero ver a la gente en las calles bailando feliz.
Quiero ver a la gente en la calle porque sí.
Quiero que muchos venzan su propio miedo, o lo sublimen y hagan de él fuerza, y salgan de su cascarón.
Quiero ver sonrisas en los caminantes.
Quiero ver insolencia.
Quiero ver, y quiero estar.

01 marzo, 2007

Los militantes de la estupidez

Hace unas semanas tenía absolutamente en claro qué iba a escribir en este post, porque las ideas van y vienen, se me escapan como el mar entre las manos. Y siguiendo con la analogía, las ideas vienen en oleadas y son únicas, son las primeras y las últimas de un momento de iluminación, conjunción de varias elipsis de significados. Ahí, ahí, en el cruce, viene el concepto. Lo difícil es repetirlo, repetir el tamaño, la fuerza y la espuma de aquella ola. Haremos el intento.
Me quería referir a los cultores de la superficialidad, a los fundamentalistas del egoísmo y la visión exterior, primera. A los que creen que algo es feo porque es pobre, ellos que necesitan vivir en una burbuja de pedos infectos donde todo sea fabricado en serie, ellos inclusive, tan previsibles, tan obvios, tan faltos de creatividad y de ideas.
¿Quién necesita una idea cuando todo está dado? ¿Quién necesita cambiar el mundo cuando mi papel higiénico es alcochadito?
Pregúntense, niñas y niños cultoras/es de la anorexia y de la bulimia si no hay cosas más importantes que un gramo de grasa corporal. Pregúntense si alguien los va a querer de manera genuina porque parezcan un esqueleto de un laboratorio de biología, pero cubiertos de piel. Pregúntese quién les lleva la comida al plato, las pastillas al blíster, la música a la fiesta, el vómito al basural. Pregúntense, si pueden, si les dan las cuatro neuronas que tienen al servicio de la insanidad alimenticia, si esa gente vive como ustedes y si está haciendo algo más productivo.
Ese mundo en el que viven, señoritas y señoritos sin preocupaciones, es el producto de un devenir lleno de baches y conflictos y muertos y vivos. Y el mundo del futuro, es responsabilidad nuestra. Claro que, en ese mundo del futuro, ustedes sólo serán una mancha en el agua podrida. ¿Qué aportan? Nada. Sólo aportan su estupidez y su enfermedad, como ejemplos negativos. Sólo aportan su inanición de ideas. Aportan la nada para que el resto construyamos todo. Ni siquiera aportan la contra de manera explícita, aportan la nada y, en consecuencia, la contra.
No son sólo los hambrientos por voluntad propia los militantes de la estupidez.
También lo son los que ven esperanza en algún lado y temen por su televisor de plasma, sin entender el fondo de la cuestión. (¿Por qué Allende contaba con una juventud de barbudos esperanzados con cambiar el mundo y Pinochet con un grupete de viejos vinagres bien vestidos que no querían juntarse con, precisamente, los negros que le llevaban la comida al plato y les lavaban los calzoncillos sucios? ¿Hay una batalla generacional eterna, más allá de la lucha de clases? ¿A qué obedece?)
También lo son los que votan a Macri "porque es buenmozo" o "porque es un argentino exitoso". Me pregunto: un tránsfuga de bigotes, ojos claros y campeón de su club, que le roba con guante blanco a todo el mundo y hoy -todavía hoy- come pizza con champán, ¿es un argentino exitoso?
(Ver la noticia sobre la reforma previsional y cómo el partido de Macri fue el único que votó en contra, a favor de las AFJP, que tenían un mercado cautivo de millones de argentinos desprevenidos, cuando el concepto de mercado vendría a ser, precisamente, que el cliente elija con libertad lo que se le cantan las pelotas)
¿Existe la posibilidad de que un argentino sea exitoso?
También lo son los que compran los libros que dan recetas de "cómo ser exitoso".
Y hay muchos más de militantes de la estupidez, sólo que ahora no pude completar mi ola a imagen y semejanza de la primera.
Es una pena.
Tenía muchas más puteadas que lanzar.