La descripción puede ser genérica, cualquier año, cualquier lugar, cualquier motivo.
Hay gente caminando por los asfaltos, puestos de comida al paso, un extraño sentimiento de que el día va subiendo desde el piso de las calles y recorre todo el cuerpo. Y el sol de ese día, porque cada vez que el pueblo sale a las calles, por más que se esté inundando la ciudad, brilla el sol, el sol de ese día se transforma en la sangre de ellos, los caminantes.
No importan demasiado las consignas, no para este post. Los caminantes están de acuerdo, mucho, poco o nada en las consignas, pero tienen algo idéntico en la mirada y en la forma de mover las manos.
Eso que los iguala es la esperanza. Son hermanos en la esperanza.
Tampoco importa demasiado el rumbo, aunque suele ser inequívoco. Hay destinos finales y paradas intermedias. A veces es una exigencia de justicia, a veces mero festejo. A veces, el luto devastador.
¿Por qué al hombre lo asustan las muchedumbres? Porque demuestran fuerza. Fuerza colectiva, caótica y explosiva. Inmediatamente alguien habla de un líder, alguien que guíe, que esté capacitado para encauzar a toda esa multitud informe.
No.
El líder es uno y jamás podrá representar a toda esa multitud de pasiones, tristezas, alegrías que, es inevitable, conllevan contradicción. El líder renunciará y hará renunciar a algunos principios, y muchos caminantes renunciarán también y elegirán acomodarse a lo que dice el líder, que suena coherente, unívoco.
No.
Ellos, los caminantes, antes de sus líderes, saborearon en el paladar su propio concepto de libertad, el que quedó aplastado por los conceptos prefabricados y las consignas de supermercado.
Libertad individual, lucha social, solidaridad. Análisis crítico.
La acefalía es una muestra de libertad tan maravillosa como desordenada.
¿Libertad ordenada? ¿Se puede?
No lo sé.
Quiero ver a la gente en las calles bailando feliz.
Quiero ver a la gente en la calle porque sí.
Quiero que muchos venzan su propio miedo, o lo sublimen y hagan de él fuerza, y salgan de su cascarón.
Quiero ver sonrisas en los caminantes.
Quiero ver insolencia.
Quiero ver, y quiero estar.
9 comentarios:
como usted, sibila también quiere ver INSOLENCIA. quiero que el miedo sea derrotado.
Me gustaría volver a leer a Michael Ende, vivito y coleando. Con esto quiero decir, necesitamos creer para no hundirnos en los pantanos de la tristeza.
Y necesitamos gente inocente que nos diga la verdad, aunque duela.
¿Eso es insolencia?
Cordialmente,
Yo.
«acudir a lo mágico para explicar lo real»,como lo hizo michel ende. de eso se trata. eso también es una manera de la insolencia.
No sé quién fue el que dijo que la filosofía son un montón de mentiras disfrazadas de verdad, y la literatura un montón de verdades disfrazadas de mentiras.
Feliz día, Sibila.
gracias, méndele. un gesto el suyo.
"Quiero que muchos venzan su propio miedo, o lo sublimen y hagan de él fuerza, y salgan de su cascarón.
Quiero ver sonrisas en los caminantes."
¿Podré algún día Mendele?
Hoy, una persona me pregunto, casi imperativamente, porqué no me suicido.
No sé. ¿No hay algo grande para mí? ¿Algo chiquito aunque sea?
Abrazo Rockero
Oiga, Espina, déjese de joder. El único que construye la grandeza es uno mismo. No espere regalitos, no espere señales místicas de que ud. es El Elegido. Póngase a pensar qué lo hace feliz y mueva el culo en esa dirección.
Y saque, por favor, el dedo del gatillo.
Abrazo con poggo.
Por dios que insolente.
Se merece un aplauso.
Pase por mi blog.
Usted es un genio.
Sépalo.
Abrazo Rockero
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