27 abril, 2007

Argentina

La ciudad en blanco y negro.
Un hombre caminando en la banquina cargando pan.
El río podrido.
El ventarrón del glaciar despeinando sentimientos.
El grito de la Garganta del Diablo y los espectadores en su boca.
Las nieves eternas al atardecer.
El bote frágil pasando al lado de una chimenea inundada.
La sonrisa de un niño emponchado que tiene sed.
La siesta imperturbable.
La pintada acusadora.
Lo refinado y lo tosco, mezclado.
El tren mudando paisajes.
La casilla de ménsulas flojas.
La foto de Perón. La del Che. La de Evita. La de Diego.
La playa del mar infinito.
Los anteojos negros durante la noche.
La furia de una historia revuelta. Los recuerdos trágicos. Los gloriosos.
Los neumáticos componiendo música sobre el asfalto mojado.
Los pingüinos avanzando con duda sobre la playa.
La memoria de una genealogía diversa en la piel.
Los quebrachos tapando el sol.
Los restos de la colonia.
Las fábulas de los caminantes.
Las ballenas tanteando las sonrisas de los seres humanos.
El silencio interior. El griterío soberbio.

Apenas ángulos de las hojas de esta Historia.

5 comentarios:

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

Y tantos que abandonan estos codos con pitucones.
Yo me quedo viejo, a aguantar los trapos o, al menos, a surcirlos.

Abrazo de Blog.

Unknown dijo...

Te olvidaste de la carne, la parrilla y el carbón.
Es inacabable, la Argentina, y la carne.
¡Pero que carne!

(me dio hambre)

Anónimo dijo...

La marea roja, la soledad bendita que se siente bajo del agua, los abrazos de quien te espera en la orilla, la absoluta despersonalización, el cuarteto, el vino Arizu, el bombo leguero y recuerdos de una novela Grecia Colmenares. La vida es hermosa Mendele. Quiero que mis hijos sean argentinos.

Méndele dijo...

Me faltaron tantas cosas... ¡pero el cuarteto, por dios, el cuarteto! Ah, me desato. Beso a beeesoooo...

Unknown dijo...

El gol del Diego che, los papelitos de la cancha y qué sé yo qué más.
Cordialmente,
Yo.