03 noviembre, 2006

Señor Oficinista, ahora Part Time

Tenés, aproximadamente, treinta centímetros de visibilidad.
La noche anterior no fue tan larga como otras, ni tan humeante como muchas.
El aparatito de lata con campanitas y cuerda ya no corre. Hoy, su reemplazo, tu telefono de última generación ladra una sierena de incendio.
6:30 a.m.
Es muy temprano, siempre lo es.
Trabajes o no, grita como un gallo.
Abrís un ojo, es demasiado por el momento.
7:57 a.m.
Saltás como un resorte oxidado.
Algunos pasos y levantas la mirada.
Es tarde para bañarse y aún eso te detiene.
Volvés a caer.
8:39 a.m.
Tu cabeza no piensa y, expulsada por la confusión, decide.
Si la ducha resultaba atemporal, sólo vez tus zapatos, un jean y remera roja.
Un poco de perfume y a la calle.

Todo el viaje tendrás la sensación de olvido.
Vas a llegar tarde.
La emoción se le imprimís vos.
Pero pensá, si todo depende del humo de una noche, quizás sea hora de llamar a los bomberos.

1 comentario:

anita (la gurisa) dijo...

que fea que es esa sensación de olvido... sobre todo cuando te das cuenta que SI te olvidaste algo...

mis slaudos...

pd: de acá me conocías, yo hace un tiempo atrás habia pasado por aquí y dejado un post!